Desde un principio, quisimos compartir al Jesús verdadero. En algún punto, nos dimos cuenta de que, a pesar de nuestro mejor esfuerzo para mostrar una imagen real y completa de él, esa imagen se volvía un poco desbalanceada. No incorrecta sino incompleta. Pasamos tanto tiempo reflexionando sobre temas más pesados que cuando dimos un paso atrás y vimos el mosaico completo, no pudimos dejar de notar que estábamos mostrando una imagen de Jesús a la que claramente le faltaba alegría.
Este video es una respuesta a eso— una especia de rebalanceo. Resulta que Jesús conocía la alegría. Iba a bodas. Comía vivazmente con sus amigos. Bebía con ellos. Se divertía tanto y actuaba de una manera tan libre que, en la mesa, los líderes religiosos estirados lo llamaban glotón y borracho. No se preocupaba de lo que pudiera pasarle a su reputación cuando pasaba tiempo con gente que otros pensaban que era turbia y siempre fue inhibido en su búsqueda de compasión y alegría para los demás. Jesús se soltaba, también.


